sábado, 14 de junio de 2008

Sapolsky difiere de Armentia

No todos piensan como Armentia. Robert Sapolsky, profesor de Biología y Neurología de la Universidad de Stanford,por ej.en su libro, ¿Por que las cebras no tienen ulceras? pag. 343, dice sobre Freud: "ya se que esta de moda criticar a Freud y,supongo, que en parte se lo merece, pero todavía tiene mucho que ofrecernos.Pocos cientificos me vienen a la memoria que, ochenta años despues de haber realizado sus principales contribuciones teóricas, sigan siendo lo suficientemente acertados e importantes como para que cualquiera se tome la molestia de señalar sus errores en vez de relegarlos a los archivos de las bibliotecas" Despues se centra en Duelo y melancolía y sus explicaciones reconociendola como una de las mas acertadas descripciones de la depresióny al final dice: "Como otros elementos positivos de Freud,estas ideas son empáticas y se ajustan a multitud de rasgos;se sabe que son "correctas" de forma intuitiva. Pero son dificiles de asimilar por la ciencia moderna,sobre todo por la psiquiatría de orientación biologica"... Matices que contribuyen a un debate serio, no solo de descalificación.
En fin señor Armentia, lea a los autores importantes que siempre dan mas cancha.

miércoles, 11 de junio de 2008

Sugerencia

Hemos recibido la impresión sobre este blog de que es algo demasiado serio, casi tipo libro. No ha sido la idea. Unicamente hemos recopilado hasta aqui la polémica con Armentia. Pero a partir de eso podeis decir lo que querais sobre el asunto, ya sean bromas, chistes, chismes, meterse con alguien, o demás cosas serias...en fin, lo que se os ocurra, lo que querais.

jueves, 5 de junio de 2008

Nota de Prensa

Comunicado a los lectores:

Los psicoanalistas del Instituto de Psicoanálisis de Pamplona y la Escuela Abierta de Psicoanálisis, quieren agradecer la presentación del libro “El psicoanálisis ¡vaya timo!” que se ha realizado el día 27 de mayo del 2008 en Pamplona por la editorial Laetoli. Pocas veces hemos encontrado difusión tan desinteresada de nuestra teoría, lo que nos alienta a redoblar nuestros esfuerzos para seguir extendiéndola. Aseguramos, sin embargo, a nuestros analizantes que no han sido abducidos, ni nos guiamos por ovnis. Al menos no nos habíamos enterado hasta este luminoso texto de tanta altura científica. Parece que fue escrito en Marte por el Yeti y otros bichos, título de otro de los libros de esta colección.

Un debate interesante. Respuesta, sin publicar en la prensa, del Instituto de Psicoánalisis y la Escuela Abierta

En el artículo “Haciendo amigos” (Diario de Noticias 22/05/2008), Javier Armentia propone el término debate, por cierto muy interesante, entre dos visiones de la palabra ciencia.

Una visión, la del artículo en cuestión, señala que existe un Dios Ciencia, con sus fieles serios, verdaderos, desinteresados y un público que sería ignorante para discriminar la verdad. En la segunda visión, este mismo público caería en garras de los seres malintencionados, sólo preocupados en engañar al prójimo, sorprendiéndolo en su necesidad y en su buena fe , presentándose como científico.

Es la vieja historia del malo y del bueno, de dios y de satán. Como ya se entenderá , en el primer grupo están señores como Javier Armentia, en el segundo gente como los psicoanalistas. Y este primer grupo se otorga el poder de fiscal, de jurado de la cientificidad o no de los del segundo grupo, el de los mentirosos, los engañabobos, los timadores.

Pero no tenemos reparos en responder a los tres puntos que pide para que algo sea considerado por dicho fiscal y juez como parte de su ciencia.

- El primer punto es: Afirmaciones que se prueben adecuadamente.

Vamos allí. Este concepto de ciencia deja de lado en el operador, sea médico, matemático o astrofísico, los fenómenos subjetivos como los sueños, el acto fallido, el síntoma, la tristeza, la pesadilla, las emociones etc. Esto esta muy bien, pues de esa manera se logran datos objetivos.

Allí entra el psicoanálisis. Cuando algún científico hace un síntoma no es en tanto científico que eso le sucede. Es en tanto sujeto.

Así se entiende que lo que la ciencia envía a la basura es lo que S. Freud y J. Lacan rescataron de allí, para darle un sentido a lo que el sujeto no comprende y padece.

- El segundo punto es la demostración de los efectos de las terapias, traduciremos de “un psicoanálisis”. Esto requiere el testimonio de los analizantes y aquí podemos remitir a cientos de libros con casos clínicos, y asimismo demostraciones de fracasos, que hacen al progreso de una ciencia. Ya que una ciencia debe contener hipótesis refutables, situar sus errores, modificar sus conceptos, sobre la base de su práctica. Pero según nuestro juez y fiscal, estos analizantes serían tontos timados que “creen” ser curados y solo sería verdad los que testimoniarían lo contrario.

- Tercero, exige en su artículo, una metodología elemental y eficiente. Nuestro campo es el lenguaje y su incidencia en el cuerpo. Nuestro método es la asociación libre, donde el sujeto se encuentra frente a sus propios dichos. Podemos tomar por un instante el articulo de Javier Armentia como asociación. ¿Qué encontraríamos? Permítasenos una pequeña broma que muestra un esbozo de nuestra intervención, en este caso, sobre la confusión: usted confunde el psicoanálisis como cuerpo teórico, con los psicoanalistas que lo practican. Ellos pueden ser buena o mala gente, ¿quién lo discute? Pero, convengamos que, como en cualquier práctica, no hay que confundir el tocino con la velocidad.

Ahora bien, dicho todo esto, le diremos algo más: el psicoanálisis no está en el campo de su ciencia. Más aún: no quiere estar. Porque su concepto de ciencia no sabe qué hacer con eso tan humano que son el sueño, la pesadilla, el síntoma, como antes señalamos. Nuestra práctica se desarrolla en un diálogo continuo con la ciencia, por ejemplo con la lingüística, la topología, la antropología, las neurociencias y otras disciplinas.

Sigmund Freud y Jacques Lacan, al formalizar el concepto de inconsciente, hicieron saber al hombre algunas razones de sus padecimientos y un camino para tratarlos, respetando la esencia de lo humano: el lenguaje.

"Haciendo amigos" articulo de J.Armentia. Publicado en Diario de Noticias

Quizá hayan leído últimamente en este diario textos en donde varios psicoanalistas disienten de mi calificación de su profesión como timo al intelecto. No me extraña que lo hagan, y en cierto modo, estoy convencido de que el debate es conveniente, y más en temas que afectan a la salud y al dinero (aunque no en ese orden necesariamente). Tampoco me extraña que cuando uno simplemente sostiene la necesidad de que las afirmaciones se prueben adecuadamente, se demuestren los efectos de las terapias y se acuda a una elemental pero eficiente metodología científica, levante odios seculares. No es nuevo y sucede en este Occidente desde la Ilustración: no se hacen amigos diciendo que uno no se quiere creer nada ni por la cara bonita del que te lo cuenta, ni porque tenga amigos poderosos -o sobrenaturales-, ni porque acuda a antiguas autoridades, ni porque sea popular, rico o políticamente correcto.
Pero es la manera en la que se debe avanzar en el conocimiento y, en los temas que rozan la salud, en la sanación y en la prevención. El psicoanálisis que defienden esos amigos del lenguaje y de su interpretación proyectiva adolece de esa falta de capacidad científica. Sin más. Decirlo públicamente no es más que la constatación de un deber que aún no han hecho, porque no han sabido, porque no han querido o porque realmente no pueden hacerlo. Me ha pasado esta semana algo similar con otra pseudociencia bastante aceptada: la grafología. Expresé simplemente mi crítica ante la falta de demostración y constaté lo estúpido que resulta decir que un candidato a la presidencia de EEUU es de una forma u otra simplemente por cómo hace la "O" de su apellido, y se me enfadaron todos los grafólogos del mundo, algunos con plaza en la universidad, que usaban como púlpito para señalarme como impío. Otra vez haciendo amigos, ya ven. Pero es que las cosas son así. O más bien, no son como nos las venden. Por más que lo llenen de palabrería en torno a la medida del ser que habla o que calla, o en torno a la forma en que uno escribe o deja de escribir

Respuesta al articulo "los jueves, milagro". Publicada en Diario de Noticias

Como miembros de la Escuela Abierta de Psicoanálisis y del Instituto de Psicoanálisis de Pamplona queremos dar respuesta a la columna publicada por el señor Javier Armentia el jueves día 8, titulada “Los jueves milagro”, en la que se expresan pensamientos y críticas que compartimos, como practicantes de un discurso de la cultura que es el psicoanálisis. En dicho artículo se critica, con mucha razón, la penetración en el mercado de la salud de productos sin ninguna comprobación de su eficacia, sujetos a las puras prácticas comerciales y gananciales.

Lo que no señala claramente el artículo es que esto responde, en esencia, al afán del sujeto del capitalismo: el consumidor. Este consume cualquier cosa, según un envase preferentemente publicitario. Tampoco el artículo pone en cuestión a los grandes medios de comunicación, especialmente la televisión, que ponen en juego, sin ningún reparo, esos mismos modos de la ganancia, con absoluto desprecio de un resguardo del ciudadano consumidor.

Lo que parece muy dudoso es que aparezca algún anuncio televisivo o de otro estilo que ponga al psicoanálisis dentro de estos productos. Simplemente porque no sirve para eso.

¿Entonces? Aquí empieza el asunto. Lo que Freud descubre no es que el psicoanálisis cura, sino que “además”, cura.

Sr. Armentia: ¿Como explicarle que ofrecemos una disciplina, una lógica, que no damos remedios milagrosos, que no publicitamos nada por la tele y que nuestra importancia económica es ínfima al lado de los grande grupos farmacéuticos, médicos y tecnológicos, en general?

Es desde este punto que preferimos pensar lo que usted plantea. La ciencia para usted es tecnológica. Lo que no es tecnología, simplemente lo pasa del lado ineficaz, superfluo, dañino y mal intencionado. Este es el concepto de ciencia que usted maneja. Nosotros, los psicoanalistas en general, manejamos otro concepto de la ciencia. Sostenemos, firmemente, que el hombre y su cuerpo están afectados por el lenguaje. Allí esta la agitación, el dolor psíquico, la tristeza, que hasta ahora no han logrado desterrar de la verdad del hombre ni la tecnología, y tampoco, hay que decirlo, la medicación en todos los casos.

No necesitamos insultarle ni degradar su pensamiento. Simplemente, usted piensa que el ser que habla esta hecho a la medida del aparato y nosotros pensamos que no cabe en ninguno. Le contaremos otra cosa que seguro usted no sabe: Sigmund Freud pensaba que algún día se encontrarían en el cerebro ciertos elementos que permitirían explicar las dolencias emocionales. Pero agregó que eso no era importante. Que este ser hablante las curaría hablando con alguien, cuyo capital mas importante era dejar de lado lo que sabía, para escuchar lo que habla en el acto fallido, en el sueño, en el síntoma. Así habla el inconsciente, vinculado a los discursos de la época. Esto es lo que debemos hacer los psicoanalistas, más allá que algunos lo hagan bien y otros mal, como en toda practica. Usted lo sabe.

Entonces, hay una ciencia que sitúa un experto que posee el saber y un ser pasivo que lo consume. Hay otro modo de la ciencia, donde el saber se sitúa en la producción, que aparece en un saber que no se puede establecer de antemano, hay que producirlo. Es un "entre" el experto y el que tiene las claves del saber. Ese es el sujeto del inconsciente.

Tal como se sitúa, no es casual esta polémica, estamos seguros que el psicoanálisis, al menos de nuestra Escuela, se adhiere al pensamiento critico.Así, no creemos que usted habla de mala fe. No. En cuanto a todas las pruebas contra el psicoanálisis... permítanos la risa. Sigan gastando tiempo, pues lo que aporta el psicoanálisis es una peste que no tiene curación. Es el descubrir una profunda confianza en el que nos habla, no solo en su persona, sino en su poder de crear algo nuevo con aquello mismo que padece. Pues el lenguaje, estimado Armentia, es la casa del hombre. Y no la máquina.

Lamentamos que el diálogo con la cultura sea tan dificultoso. También pensamos que cuando más se ataca al psicoanálisis, mas se lo fortalece, pues ya no se puede rechazar la metodología ni el concepto de inconsciente ya que, con eso, simplemente, una vez más, el psicoanálisis demuestra que el lenguaje es la casa del hombre. Sin más.

"Los jueves, milagro" articulo de J. Armentia. Publicado en Diario de Noticias

Es noticia que Salud ha creado un grupo de trabajo sobre productos milagro. Recuerdo que en los tiempos de Santiago Cervera al mando de ese departamento se avanzó también en la vigilancia y control de esos productos que prometen maravillas, ponernos estupendos y estupendas, y todo a base de poco esfuerzo y pagar un pasturrio . En los últimos meses, las autoridades nacionales y europeas han avisado de algunos complementos nutricionales muy promocionados y muy anunciados que eran no ya engañosos, sino directamente sospechosos de causar enfermedades. La salud y el bolsillo son los principales perjudicados por muchos productos que se toleran de una forma un tanto incomprensible. Basta pasar un rato viendo la tele en horario de infocomerciales para encontrar todo un compendio de maravillosos aparatitos que te dejan un cuerpo de gimnasio sin más que pagar cincuenta y nueve con noventa y nueve euros más gastos de envío. Timos con el aval de cada canal de TV. En las farmacias siguen colocándonos homeopatía a ritmo de medicamento, por más que no haya pasado los tests científicos que se les exigen a los medicamentos de verdad. ¿No son también productos milagro, por más que "de venta en farmacias"? En Europa, la directiva que regula la lealtad y veracidad en el comercio exigiría, en una correcta aplicación, que todos estos productos o terapias demostraran su efectividad ANTES de llegar al mercado. Pero hay demasiados intereses, corporativos y comerciales. Fíjense que un simple comentario sobre un libro crítico del psicoanálisis (toda la historia de la psicología científica del último siglo muestra que esa crítica es fundada y demolió las teorías especulativas psicoanalíticas por completo) ha servido para poco menos que levantar en armas corporativas a quienes llevan muchos años vendiendo un producto que, sea jueves o no, es puritito milagro. Y, como decía Hume, sólo son milagros fetén aquellos en los que sería más milagrosa su explicación por cauces convencionales. Lo que no sucede, por cierto, ni con la homeopatía ni con el psicoanálisis ni con el Depuralina ni demás productos milagro.